El tiempo en las artes marciales
por Mariano Simone
Bajo semejante título, podría escribirse sobre muchos aspectos que relacionan a estos dos conceptos tan conocidos como abstractos (todos saben de qué se habla al nombrarlos, pero pocos podrían definirlos rápidamente). Esta vez, me propongo exponer una introducción a cómo el Artista Marcial puede (y debe) manipular el tiempo para ponerlo a su favor durante la práctica y aplicación de su Arte. Siendo los nombrados a continuación sólo algunos de los aspectos del entrenamiento de las Artes Marciales, ya pueden vislumbrarse las ventajas del manejo del tiempo por parte del practicante.
Desde los primeros movimientos en una clase, por ejemplo, el tiempo juega un papel importante. Cada ejercicio debe ser realizado durante cierto lapso temporal. Si dura menos puede no ser efectivo y si dura más, puede perjudicar la salud. Esto es especialmente cierto para los estiramientos.
En la realización de formas, el uso de cambios de ritmo y encontrar el «tempo giusto» para cada movimiento ayuda en varios aspectos. En primer lugar, genera un conjunto más armonioso entre lo estético y lo práctico, realzando la belleza de las posturas y las secuencias, y poniendo énfasis en las rapidez y la fuerza de algunos segmentos. Además, apurar ciertas partes de una forma puede hacer que se pierda el sentido práctico de determinada técnica. Por último, pero no menos importante, genera pausas en donde el practicante puede recuperar el aire y luego continuar. Esto no significa que se debe hacer todo lento, sino que hay que encontrar el ritmo adecuado para cada parte, mostrando velocidad cuando es requerida, aceleración cuando corresponde, y lentitud, cuando eso es lo oportuno.
Siempre hay que recordar que las formas tienen más de una razón de existir en la formación del Artista Marcial. Por un lado, mediante la repetición constante y el encadenamiento de movimientos, generan que la memoria muscular recuerde secuencias útiles para el combate. Desde otro punto de vista, las formas obligan a trabajar posturas y técnicas especiales que, si son hechas muy rápido, no pueden ser ejecutadas correctamente.
Sin embargo, el objeto final de las Artes Marciales es la preparación del cuerpo y la mente para el combate, y es ahí en donde el tiempo cobra su mayor importancia. En general, no siempre gana el más fuerte ni el más rápido, sino el que logra conocer a su oponente primero. Observando, se puede descubrir la forma en que se mueve, a dónde mira antes de golpear, qué tipo de ataques utiliza más y, principalmente, su ritmo. Frenar a un combatiente veloz hace que éste se sienta desorientado, al igual que atacar a uno más estático con una ráfaga de golpes rápidos. Del mismo modo, nuestro adversario puede identificar nuestra forma de pelear. Por este motivo, son importantes las habilidades de evitar la monotonía en la velocidad, acelerar explosivamente o frenar cuando empieza a perderse precisión…
Mariano Simone, alumno del Sifu Martín Ugarte – Núcleo Belgrano
Agosto de 2009